Lo que de verdad importa

noviembre 12th, 2009

NENES BOMBAY

El pasado 5 de noviembre asistí al “Primer Congreso de Jóvenes con Valores” realizado en el Palacio de Congresos de Valencia. El primer ponente de la mañana fue Toni Nadal, tío del famoso tenista Rafael Nadal, el segundo Jaume Sanllorente, creador de la ONG Sonrisas de Bombay, el tercero un conocido ex waterpolista y ex politoxicómano, Pedro García Aguado y el cuarto, y último, Nando Parrado, uno de los pocos supervivientes del famoso vuelo que se estrelló en los Andes en 1972.

En esta ocasión hablaré de Jaume Sanllorente, ya que, en mi opinión, es una gran labor la que su asociación realiza en la ciudad de Bombay y merece la pena compartirla. En sus dos primeros viajes a la India encontró miles y miles de injusticias, atrocidades y pobreza. Era un lugar lleno de prostitución infantil, momentos en los que vio un montón de casos impactantes, una sociedad controlada por mafias, zonas chabolistas inmensas llamadas “slums” en la que las personas sobreviven de forma precaria. Prometió no irse de Bombay sin antes encontrar alguna asociación o algún medio que luchase por cambiar o mejorar aquella situación tan terrible.

 Por fin, encontró un orfanato en el que tenían acogidos y dentro de sus posibilidades, muy bien atendidos,  a cuarenta niños y niñas. En este centro no disponían de fondos e iban a cerrarlo  y los niños que allí vivían volverían a las calles con lo que esto supone.

Jaume volvió a Barcelona muy impactado y se despidió de su trabajo, recaudó todo el dinero que le fue posible (el necesario para que no se cerrara el centro) y volvió a la India para evitar el cierre del orfanato.  Ya allí, constituyó la organización Sonrisas de Bombay. Pensó que lo que más ayudaría es la educación puesto que, es la herramienta que necesitan para poder ser libres y decidir en que emplear su futuro. Gracias a su labor, puesta en marcha hace cinco años, ya hay 5.000 personas beneficiadas directas y eso es lo que a él le importa.

moldearticulo_clipp_image002Sonrisas de Bombay trabajo en orfanatos, escuelas para las castas más bajas, guarderías en los “slums”, atención e inserción al mundo laboral de los enfermos de lepra, unión de todas las ONG´s de Bombay para una actuación y cooperación conjunta, etc.

Al finalizar la ponencia me quede pensando, en la multitud de diferencias que hay en la sociedad de aquí y de Bombay; me hizo reflexionar sobre la desigualdad social, como las personas nos permitimos que gobiernen sobre nosotros las personas que se les ha estipulado un poder, y muchas veces sin estos merecerlo. En Bombay ocurre lo mismo, pero radicalmente. La gran parte de la sociedad de allí está en extrema pobreza y marginalidad, mientras unos pocos son los grandes multimillonarios del mundo, el problema está en que, estos colosos lo son, a costa de los menos favorecidos.

En el turno de preguntas de la ponencia, mucha gente se cuestionaba como podrían ayudar a esta gente de Bombay, a lo que Jaume respondió con mucha inteligencia y sabiduría; Que, no hace falta irse lejos de donde vivimos para ayudar, podemos empezar a cambiar el mundo desde nuestro entorno más próximo, que solo hacía falta abrir los ojos de verdad y empezar a actuar. También opinó que para mejorar el mundo no hay que , así que ya sabes; SONRIE. Hacer grandes esfuerzos, ni voluntariados, ni grandes ayudas económicas por nuestra parte, podemos empezar por hacer la vida más agradable a los que nos rodean simplemente con una sonrisa.

Imágenes

María Mínguez Valero.

Bajo del mar

noviembre 11th, 2009

Buscábamos algo distinto, original. Algo que se saliese un poco de lo que habíamos hecho hasta ahora por esas fechas. Finalmente, mi pareja y yo decidimos ir a un restaurante submarino a cenar con el fin de celebrar nuestros tres años juntos (no digo dónde para no hacer publicidad gratuita ). Lo cierto es que todo, comida, servicio y sitio, fue fenomenal, no tanto el precio, dicho sea lo dicho, pero claro, un día es un día. Se trataba de un restaurante bajo tierra en donde en lugar de paredes habían cristales con peces. La verdad es que uno se espera algo más espectacular, pero no fue nada desdeñable.

Lo que aprendimos ese día, o mejor dicho, esa noche, fue curioso: al pedir al camarero que nos tomase una foto este nos dijo “sin flash, por favor”. La razón de aquello fue el no dejar ciegos a los pobres peces, cuestión que nos dejó un poco extrañados. “Claro”, siguió el camarero, “la luz del flash en contacto con el cristal intensifica su efecto y quema los ojos a los peces porque ellos no tienen párpados para protegerse”. Entonces, nuestras miradas, como respuesta a un estímulo, se giraron al cristal a contemplar los peces que por allí vagaban y, horror, muchos de ellos no tenían ojos, y la culpa de aquello la tenían los flashes. Así pues, durante toda la noche me acompañó un sentimiento de culpabilidad ya que yo misma había hecho alguna que otra foto con flash durante la cena. Yo podría ser la culpable de la desintegración de otro ojo a algún pez.

f-pez_ciegoDurante la cena abordamos por casualidad el tema de las nuevas tecnologías. La cuestión era que nosotros, que habíamos sido la primera generación tecnológica, nos habíamos quedado un poco atrás o por lo menos nos costaba más trabajo aprender a utilizar los nuevos gatgets informáticos, como los nuevos teclados o plataformas táctiles de móviles. Se podría decir que existe ahora una nueva generación tecnológica que es la que experimentan los chavales cada vez más jóvenes. Ahora podemos comprender la ardua tarea que supone para nuestros mayores el enfrentarse a tecnologías tan básicas como internet.

Esta tarde he descubierto un video que anda suelto por internet que me ha dejado, diremos, bastante espantada. Se trata de niños de unos 6 años bailando reggaeton con posturas… bueno. De verdad, veanlo y juzguen.